sábado




PEQUEÑO BUDA


La tasa ya no es una tasa pero el té sigue siendo el té como la mente después de morir va pasando de un cuerpo a otro pero sigue siendo la mente



Bernardo Bertolucci, director del cine italiano, en su película Pequeño Buda nos muestra dos mundos, un mundo occidental, triste, frío, o más bien frívolo, con muchos problemas materiales y soluciones inalcanzables, y un mundo budista oriental, cálido, alegre, mágico y soñador, aquí la vida es más tranquila y espiritual. Estos mundos opuestos se relacionan en la búsqueda incesante de la reencarnación de Lama Dorje, quien podría reencarnar en Jesse, un niño norteamericano que vive en Seattle, con sus padres, en Rujo un niño pobre sin familia que vive en las calles de Nepal y en Gita, una niña adinerada que vive con su madre; su familia es budista y ella cree firmemente que es la reencarnación del Lama Dorje.








Sin embargo con una gran magia el director se centra en contarnos la vida del joven Siddhartha, y sus procesos vitales hasta convertirse en Buda.  Los descubrimientos de Buda se convierten en una metáfora de la vida de Jesse y en definitiva, de las carencias espirituales y valores morales de la sociedad occidental, convirtiendo la película en una crítica hacia éstos.


Al final Siddhartha descubrió que había logrado llegar al Nirvana, (el estado que supone el cese del sufrimiento).Tras alcanzar la “iluminación” y convertirse en Buda, dedicó su vida a propagar sus enseñanzas en el norte de la India.








Además esta película nos muestra como en la cultura budista la muerte es un proceso natural. Aceptar la perdida y el dolor ayudará alcanzar la paz a los protagonistas. Por otro lado parte de sus creencias aseguran que al formar parte del universo, determinadas personas pueden reencarnarse en el cuerpo de otros. Así la reencarnación de Lama Darje se va a encontrar en los tres niños que forma un todo, puesto que no puede existir uno sin el otro en el universo. Asimismo, se da la compresión de los elementos de la naturaleza: la tierra, el agua y el aire plasmados en cada uno de los niños.



Aprender es cambiar el camino a la iluminación, es el camino medio, es la línea que existe entre todos los extremos opuestos.

Siddhartha

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